jueves, 5 de abril de 2007

María Magdalena unge a Jesús

El ungimiento de Jesús por parte de María Magdalena ofrece algunas dificultades.
Es generalizada la opinión de considerar a los relatos de Mt 26:6-13, y Mc 14:3-9 como sinópticos. En eso yo también concuerdo. Otro pasaje que suele entenderse como sinóptico está en el Evangelio no sinóptico de Juan en 12:1-8. En esto, muchos no concuerdan, ni concuerdo yo.
Discutir si Juan es o no un relato diferente del mismo episodio, o si es un relato de otro episodio independiente, merece hacerse a fondo. Eso yo lo expongo con detalle, oportunamente en el Diamartirón. Por eso, a los efectos de este estudio, lo voy a considerar como suficientemente demostrado.

La dificultad en la que prefiero centrarme es en la frase de Jesús “De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.”.

En el Diamartirón propongo que todo evangelista (todos aquellos hermanos que se dedicaban a, o que tenían el don de evangelizar), tenía su evangelio particular. Es decir, que tenían su propia colección de enseñanzas y milagros que solían repetir. Esos evangelios no necesariamente estaban por escrito, y seguramente tendrían como base los Evangelios sinópticos ya circulantes. Pablo en particular hace repetidas menciones a lo que él denomina “mi evangelio”.
El punto es que todos esos evangelios o repertorios evangelísticos debieron incluir este episodio de la unción de Jesús por María. Sin embargo hay uno en el que parece faltar: el Evangelio según Lucas.

Quienes se preocupan por esa declaración profética de Jesús, se apresuran a decir que el relato de Juan es en su cumplimiento. De tal modo lo proponen como sinóptico a pesar de las evidentes diferencias. Pero yerran; pues está claro que fueron dos veces en que la misma mujer hizo algo parecido, pero diferente en forma, tiempo, y lugar.

Es que la llave del problema con Lucas, está en Juan. Juan es quien siempre nos abre los ojos respecto a dudas y confusiones respecto de los sinópticos. Juan dice que María ungió a Jesús dos y no una vez. Por otro lado, en una armonía como el Diamartirón se aprende que en el ministerio de Jesús, las cosas sucedían en series de tres. Así que si según Juan, María ungió a Jesús en más de una ocasión, entonces debieron haber sido tres veces.

Eso nos abre el horizonte y enseguida encontramos en Lucas 7:36-50, el relato que este evangelista hace de María ungiendo a Jesús. Pero ¿Lucas menciona al nombre de María? ¿Cómo puede ser “para memoria de ella”, si no se la identifica? Pues sí, sí la nombra. En el pasaje inmediatamente siguiente en su Evangelio, Lucas incluye por primera vez a “María, que se llamaba Magdalena, de la cuál habían salido siete demonios”.

Entonces, todo había comenzado cuando Jesús es invitado a comer con uno de los fariseos. Parte de la hermosa historia no es explícita, pero Jesús había expulsado de ella siete demonios. Aparentemente eso habría ocurrido poco tiempo antes; quizás esa misma noche en la casa de Simón. Esto es en una ciudad junto al mar; Capernaúm. En la fiesta de la Dedicación, en diciembre del 28 AD. Los indicios dicen que si bien ella era una prostituta; era también sierva de aquel fariseo; y como parte de su trabajo, ella les lava los pies a los convidados, y a Jesús. En esa acción es que le unge los pies con perfume. Y desde entonces comienza a acompañar al Maestro en sus viajes.

La segunda parte nos la cuenta Juan. Esto es en Betania, en la casa de ella y de su hermana. Es 29 de Abril del 30 AD. Ahora María no es sierva, sinó anfitriona; y vuelve a lavar y ungir los pies de Jesús.

El último episodio es también en Betania, una semana después, y en la casa de Simón el leproso. María está como convidada; o quizás como colada; y unge no los pies sinó la cabeza de Jesús.

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