jueves, 5 de abril de 2007

La pasión de Jesucristo según cada uno de los Evangelios

La principal fuente de información para reconstruir los sucesos de la pasión deben ser obviamente los Evangelios. Pero los Evangelios en conjunto parecen contradecirse; y la reconstrucción de los hechos se nos hace difícil. Entonces tal vez debamos tomar a cada Evangelio por separado y hacer cuatro reconstrucciones de la pasión. Eso es exactamente lo opuesto a hacer una armonía como el Diamartirón.

¿Qué sucede cuando leemos cada Evangelio por separado? Supóngase una comunidad judía asilada del mundo, a donde llega una copia del Evangelio según Mateo. ¿Qué habrían entendido ellos? Familiarizados con el Antiguo Testamento y con las costumbres judías; ellos no tendrían problemas en comprender a Mateo, quien escribió para un público como ellos.
Ellos habrían entendido que Jesús fue arrestado el día 15 de Nisán (27:15) después de haber comido la Pascua la noche anterior (26:17). Ellos entenderían que Jesús murió a la hora novena (27:46), y que fue enterrado ese mismo atardecer (27:57). Entenderían que eso fue en víspera de sábado (28:1), y que Jesús resucito el siguiente domingo (28:1).

¿Cree usted que ellos habrían entendido eso? ¿Entiende usted también que sucedió así? Comparemos sus respuestas con lo que nos dice Mateo. Mateo da a entender que Jesús no iba a ser muerto durante la Fiesta (26:5). Entonces Mateo estaría implicando que Jesús no fue crucificado el 15 de Nisán, el cual es día solemne y sábado ritual por la Ley de Moisés. Esa determinación de los sacerdotes coincide con el hecho que Jesús fue crucificado no en la fiesta sinó el día de la preparación (27:62).
Pero además, si Jesús fue crucificado un viernes de tarde y resucita un domingo de mañana ¿cómo se cumplen los tres días y tres noches profetizadas por Jesús mismo? (12:40; 27:63). Algo anda mal; muy mal; porque ya no es que los Evangelios se contradicen unos a otros; Mateo se contradice a sí mismo.

¿Qué tal lo hace Marcos? Marcos coincide bastante con Mateo; aunque este ejercicio es enfrentar a Marcos a sí mismo. Él nos relata cómo el 14 de Nisán prepararon la Pascua (14:12), la cual comieron esa noche (14:17). En la siguiente madrugada Jesús es arrestado (15:1). Es juzgado, y siendo crucificado muere a la hora novena (15:34) Enseguida es enterrado siendo víspera de sábado (15:42) y resucita el domingo (16:1-2).
Como decía arriba, Marcos coincide bastante con Mateo; y como Mateo, Marcos se contradice a sí mismo. Él cuenta que el plan era no matar a Jesús durante la Fiesta, el 15 de Nisán (14.2), y que de hecho fue crucificado el día de preparación (15:42).

Así que Marcos contradice al mismo Marcos. De tal forma, si aquella comunidad aislada hubiese recibido el Evangelio según Marcos; tampoco hubiesen entendido lo que nosotros damos por sobreentendido. Incluso Lucas (23:54) y Juan (18:28) caen en la misma contradicción. Claro que esa contradicción no está en los Evangelios (Romanos 3:4), sinó en nuestra forma de entenderlos. Porque ni Mateo, ni Marcos, ni Lucas, ni Juan, dicen lo que decimos que dicen. Cada uno de ellos cuenta un relato de la pasión diferente al que contamos nosotros.

¿Cómo cuentan la pasión cada uno de los Evangelio? ¿Cómo lo entendieron las comunidades a que les fue escrito? Sigamos imaginando esa comunidad que solamente recibió al Evangelio según Mateo. Siendo ellos judíos inmersos en sus tradiciones y costumbres no tendrán problema en aclarárnoslo.
Si le preguntáramos a uno de esos hermanos hipotéticos, nos diría que todo es muy claro. Mateo no se contradice. Él menciona en realidad a dos sábados. El primer sábado que menciona es un sábado ritual (27:62). Ese día era el día siguiente al de la crucifixión, y era un sábado precedido por un día de preparación, es decir, un sábado ritual. Marcos es un poquito más claro al respecto (15:42). Mateo también menciona a otro sábado (28:1). Este es un sábado que precedió al primer día de la semana. Así que Mateo nos está diciendo a las claras que luego de la crucifixión de Jesucristo hubo dos sábados consecutivos; uno ritual y uno semanal. Y él nos hace esa aclaración para explicar cómo es posible que entre la crucifixión y la resurrección hubiese tres días y tres noches (27:63).
En pocas palabras, Jesucristo fue crucificado un jueves, y resucitó un domingo, siendo sábados los dos días intermedios. Y el hermano hipotético continúa diciéndonos. En la semana de la Fiesta de Pascua, son sábados rituales el primero y el último día; el 15 y el 21 de Nisán. En consecuencia, son días de preparación el 14 y el 20. Si Jesús preparó la Pascua la tarde del 14, y si Él la comió al entrar la noche del 15; y si fue muerto un día de preparación; entonces fue crucificado el 20 de Nisán. Y si ese día fue jueves; entonces eso ocurrió el 30 AD, porque ese año, el 15 y el 21 fueron viernes.

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